Cuadro: Tito Salas. Las Misiones (detalle). Colección Casa Natal del Libertador
AL
INDIO DE MI PATRIA
Ay...
el indio de mi Patria
Ay...!
el indio de mi Tierra
que
en la selva va arrastrando
el dolor de sus miserias.
Eres
el mismo de hace siglos
aún cuando todos lo niegan ,
eres el mismo esclavo
que huye como las fieras
cuando viene el hombre blanco
por tus hijas y tus tierras.
aún cuando todos lo niegan ,
eres el mismo esclavo
que huye como las fieras
cuando viene el hombre blanco
por tus hijas y tus tierras.
Ese
hombre blanco y ladino,
ese hombre que en Venezuela
es flecha trigo y tambor.
Crisol de razas que ciega,
olvida tu existencia triste
y destruye la raíz primera.
ese hombre que en Venezuela
es flecha trigo y tambor.
Crisol de razas que ciega,
olvida tu existencia triste
y destruye la raíz primera.
Ay...´
la siega de la raza.
Ay...!
la siega de la tierra.
Ay,
de este dolor inmenso
que me llena de tristeza!
que me llena de tristeza!
¿Cómo
hablarte si me huyes
igual que la vez primera?
igual que la vez primera?
¿Cómo
tenderte la mano
en el gesto que consuela?
en el gesto que consuela?
¿Cómo
estrecharte en mi pecho
si
todo su dolor me niegan
como una llaga escondida
en la entraña de la fiera?
como una llaga escondida
en la entraña de la fiera?
Ay...
el indio de mi Patria...
Ay el indio de mi Tierra,
yo quisiera incorporarte
a este suelo, que es tu tierra
y darte de la cultura
que nos trajeron de afuera
todo lo que pueda serte
útil y bueno en la selva;
que tu conserves tu mundo,
que tu conserves tus tierras,
que tus mujeres no sean
el botín de las torpezas,
ni las fuentes en que sacian
sus lujurias lo que llegan
con aguardiente y con sal,
con sífiles en las venas,
con tu miseria en las almas
y que al regreso, te niegan.
Ay... el indio de mi Patria.
Ay..., el indio de mi Tierra,
Ay de este dolor inmenso
Ay el indio de mi Tierra,
yo quisiera incorporarte
a este suelo, que es tu tierra
y darte de la cultura
que nos trajeron de afuera
todo lo que pueda serte
útil y bueno en la selva;
que tu conserves tu mundo,
que tu conserves tus tierras,
que tus mujeres no sean
el botín de las torpezas,
ni las fuentes en que sacian
sus lujurias lo que llegan
con aguardiente y con sal,
con sífiles en las venas,
con tu miseria en las almas
y que al regreso, te niegan.
Ay... el indio de mi Patria.
Ay..., el indio de mi Tierra,
Ay de este dolor inmenso
que
me llena de tristeza.
Ay de esta angustia que siento
corriéndome por la sangre
igual que los grandes ríos
que van cruzando tus selvas.
Ay de esta angustia que siento
corriéndome por la sangre
igual que los grandes ríos
que van cruzando tus selvas.
Mariela Bello
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Cuadro: Tito Salas. El padre de las Casas; protector de los indios. Colección Casa Natal del Libertador.
NO QUIERO SABER NADA!
(Hondo
el latido de los indios queda
sobre
la tierra que olvidarlos veda!
Ay!
de mi Historia Patria
No
quiero saber nada de su llaga...!
No
quiero hurgar tortura de aborigen...!
Yo
no quiero mirar las mordeduras
que
royeron su raza
NO
QUIERO SABER NADA
de
los perros furiosos...
de los tremendos látigos...
del grito comprimido...
del llanto desolado...
del espasmo rebelde...
del aguijón clavado...!
de los tremendos látigos...
del grito comprimido...
del llanto desolado...
del espasmo rebelde...
del aguijón clavado...!
No
quiero saber nada
de
su altivez vencida;
de su libre esperanza mutilada,
de su libre esperanza mutilada,
de
su libre vivir entorpecido...!
No
quiero saber nada de su signo
ni de su rota sangre!
ni de su rota sangre!
ni
de su vida errante, sometida,
ni de su pobre choza limitada!
ni de su pobre choza limitada!
Como
serian de indómitos los pálpitos
del corazón bravío
de guaicapuro y de yaracuyes
De los indios sin himno y sin bandera
a la hora de la lucha!
del corazón bravío
de guaicapuro y de yaracuyes
De los indios sin himno y sin bandera
a la hora de la lucha!
Contorsión
de dialectos que morían
bajo española tunda:
bajo española tunda:
Ahogados
en la carne con la sangre
y en el aire, insensible
al estampido del feraz trabuco!
y en el aire, insensible
al estampido del feraz trabuco!
Oh
indiada que vivía
con la desigualdad sobre la vida
y en cada flecha el tiento de la angustia!
con la desigualdad sobre la vida
y en cada flecha el tiento de la angustia!
Su
dicha quedó inánime...!
DOLOR
que está doliéndome...!
A
aquel horror quisiera dar la espalda:
Sin
paz ni pan ni hogar...
con amarguras!...
con amarguras!...
Sin
un milagro de sus dioses indios
sin la misericordia de lo arcano...
DOLOR que está doliéndome!...
sin la misericordia de lo arcano...
DOLOR que está doliéndome!...
DOLOR
que está encallado...!
Y
mi alma bebe toda esa tortura
en el sonar de la maraca...
en el clangor de la guarura...
en el sonar de la maraca...
en el clangor de la guarura...
En
los incendios de la Patria:
(Invocación
de Guaicaipuro!)
En
los árboles corpulentos:
Oh,
cadáver de Cayaurima
oscilando
para escarmiento!...)
En
el eco de los ladridos:
(Tamanaco
es suprema angustia!...)
En
los barrancos tenebrosos...
(Acuareyapa en lucha injusta!...)
(Acuareyapa en lucha injusta!...)
En
el asombro de los montes,
en el ”que horror” y en el “más nunca!...”
en el ”que horror” y en el “más nunca!...”
En
el tambor que contra el cielo
abreva su honda desventura...!
abreva su honda desventura...!
Conchita
Osio Sarmiento.
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