miércoles, 25 de junio de 2014

POEMAS INÉDITOS DE HUMBERTO PINEDO MENDOZA (PERU)



















Niños a media luz
Hay niños que deambulan sin sentido y muy lejanos 
criaturas inocentes sin futuro que no recogen huellas
Hay niños que se pierden en el olvido heridos de amor
callados tropiezan sus meses dudosos y no lo perciben
Hay niños a media luz que no entienden su razòn de vivir

Patriotas con sudor y lágrimas
Patriota, los que levantan tus banderas
Patriota, los que consiguen más justicia
Patriota, los que forjan las conciencias
Patriota, los que pregonan la igualdad
Patriota, los rebeldes que nos acompañan
Patriota, los que protegen tus lágrimas
Patriota, los que despiertan los ideales
Patriota, los que encienden mis pasiones
Patriota, los luchadores que nos amotinan
Patriota, los vencedores de mil prejuicios
Patriota, los defensores de tu sudor amargo
Patriota, los que ganaron batallas a la vida

Morir de amor
A mi madre Luisa luchando contra el Alzheimer
Estoy herido con mi madre sin rostro
viviendo todos los dias fuera de sí
cuántos años recibí su cariño sagrado
y ahora envejece sin conocer mi dolor
Estoy muriendo de pena al sentir su voz
sin recuerdos, sin sueños, sin caminos
por eso sufro al verla morir a plazos
como huyendo de su destino y sin futuro
                      
Dudas y dudas
Hay mujeres sin ternura
y pasiòn sin compañía
Hay respiros sin gracias
y espiritus sin ilusiòn
Hay castigos sin pérdidas
y despertar sin caricias
Hay pobreza sin tristeza
y amores sin estragos
Hay agonías sin palabras
y hombres sin alegrias

Los mediocres
Fantasmas que caminan
y destruyen sus vidas
en carreras de hastío
Extraños que hieren
grandeza de niños
al pregonar su verdad

Poema concreto contra la corrupción
¡Basta ya! de tanta corrupción y bajezas en esta ciudadela orgullosa de ser peruanos
el pueblo hierve de desigualdad, de hambre, de justicia y aventuras que no reivindican
Lima se ha vuelto insoportable con quejidos de olvidados y rastreros proyectos en el 2013
empleados coimeros, policias delincuentes, funcionarios enjuiciados devoran la ubre nacional

¡Basta ya! de tantos lideres manchados en negocios turbios y sin banderas amigas por salvar
qué vergüenza mundial, alumnos penùltimos en comprensión lectora y lógico-matemàtica ¡horror!
vientres sin futuro y adolescentes deprimen su futuro. No lo puedo creer, Adán, tanta ignominia  .
pero los dias pasan sin escrùpulo ante la ignorancia frivola de millones de personas traicionadas

jueves, 19 de junio de 2014






















ESTA AHÍ SIEMPRE

A Dionisio Aymará


Esta ahí, sigue estando
ahí donde la luz parece entretenerse
mañana y tarde
enredándose y desenredándose por los cabellos
que el viento apenas
la peina verdaderamente
fervoroso.

Sigue estando ahí, entregada a la tarea
de repartir con sólo un esbozo de sonrisa cansada
la claridad entre todos
los que la ven coser y coser
cada hora
en sus misteriosos silencios.

Algunas veces
la nostalgia le nubla todos los horizontes
y es entonces
cuando la humedad sube hasta el nivel de sus ojos.
Todos podemos ver
que al través de aquella transparente humedad
la lontananza se le puebla de pronto
de las más imprevista caravanas,
como si el desierto,
la soledad, en fin,
la nostalgia otra vez, quien sabe qué sueño,
se le empozaran
en el corazón.

Detrás de su frente
que el tiempo no ha podido marchitar
rumorean palmeras lejanas,
apaciguan la hora sosegados oasis,
tal vez guitarras melancólicas,
cantos en los cuales alguien muy suyo
la exalta,
la pone a salvo de eternidades sin teléfonos,
y todo eso
lo disuelve ella a solas
dentro de la más profunda ternura.

La ternura que la mantiene ahí, que la sigue
manteniendo ahí siempre,
ahí donde la luz que ella distribuye a manos llenas
entre todos
se mantiene
enredándosele y desenredándosele
entre los cabellos
hasta que se le cuaja en aureola
a la altura exacta
del sueño.


Pedro Pablo Paredes
De: Equinoccio
Julio - Septiembre.
Año 1995.
Nº 19.
pp. 15.
Órgano del Circulo de Escritores de Venezuela.

domingo, 15 de junio de 2014

ESPECIAL DIA DEL PADRE


































Cuadro: Hacia adonde vamos.
Autor: Orlando Materán Alfonzo


PADRE


Tu voz toca mi ventana
al amanecer…

Encuentro el ejemplo
en luz que irradia el nuevo día…

Busco fortaleza en ti…
para crecer en digno caminar.

Recuerdos acortan distancias.

Hilos adornan tu cabello y
alumbran mis horas.

Eres bendición y añoranza
de tiempos que regresan
en suspiros e ilusiones…

Los días se antojan en segundos,
miedo de existir,
sin tu mano.

Sabiduría y recuerdos
no olvidados,
besan la ola
que arropó mi cuerpo.

El sol resplandece
como el día
que me enseñaste a descifrarlo.

 Padre, estás… junto a mí.

Enderezo mi cabeza,
al sentir el orgullo de tenerte
y decir
sí puedo…
tengo amigos, amores…
Pesares y alegrías.
Tu dignidad es la mía.

Gracias Padre,
por estar siempre.



Judith Villamediana


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RECADO PARA EL AUSENTE

Padre: ven a mi lado. Vístete de blanco,
como solías hacerlo por las tardes.
Duerme cada una de tus cejas,
al lado de los sueños.
Hay una lámpara que me dice que allí estás.
No me dejes afuera, padre.
Da mucha soledad. Da mucho frío.
He venido desde lejos. Desde lejos.
Todo me duele por este camino largo
donde el viento,
Otra vez el viento,
azotaba las nubes, echaba a volar las ramas,
rizaba el agua, de pronto se elevaba,
y caía como un golpe terrible sobre el mar.

Ahora no sé sí empezar otra vez,
o terminar lo poco que me queda.
Bien poco, padre.
Sólo mi rebeldía.
El último acto.
En el que se pone uno la mano sobre el pecho
y llama, con toda su fuerza,
como desenterrando muertos
y sentándolos de frente.

Por eso, padre, buscaré cara por cara.
Tristeza por tristeza.
Hasta tocar tus huesos.
Aún cuando me digan que, al final,
tampoco allí estarás.


Marcos Ramírez Murzi

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MUERE MI PADRE

Me acuerdo claramente
del día en que mi padre
dijo que iba a morir,
como si se tratara
de comprarse otra ropa,
de hacerse otro destino,
de aprender otro idioma.

El sentía que el cuerpo amarillo de los condimentos
en la puerta de la cocina,
quedaría recostado
que el aroma de la ropa recién planchada
continuaría en su sitio,
como el crujido del país,
o el brillo de los cuchillos
en la burda alacena
con flores de caoba,
donde guardábamos el mantel
como un ángel cansado.

Pero nada de esto podía detenerlo.

Recuerdo claramente
que mi padre dijo que iba a morir,
como si hablara de irse para otra ciudad.


Carlos Gottberg

viernes, 13 de junio de 2014

ANUIT
























…Y Anuit
Te di por nombre y a la mar
di el que antes traías.
Anuit,
para que fueras mías
y llenaras mis manos
en el aroma de tu piel
y volví ha recorrer
esos caminos
que ha tiempo no desandaba;
Anuit,
con tu sonrisa,
con tus palabras tan parecidas
a la de mi madre,
y tú, ahora,
Anuit,
en todo,
hasta en la más alta cima,
tú, compartiendo mis penas.

Orlando Materán
De “Enfoques”, diciembre de 1981
Chivilcoe, Argentina

Ilustración del pintor Juan Antonio Larrea

sábado, 7 de junio de 2014

POEMAS DE MARIELA BELLO Y CONCHITA OSIO (VENEZUELA)




















Cuadro: Tito Salas. Las Misiones (detalle). Colección Casa Natal del Libertador





AL INDIO DE MI PATRIA


Ay... el indio de mi Patria
Ay...! el indio de mi Tierra
que en la selva va arrastrando
el dolor de sus miserias.
Eres el mismo de hace siglos
aún cuando todos lo niegan ,
eres el mismo esclavo
que huye como las fieras
cuando viene el hombre blanco
por tus hijas y tus tierras.
Ese hombre blanco y ladino,
ese hombre que en Venezuela
es flecha trigo y tambor.
Crisol de razas que ciega,
olvida tu existencia triste
y destruye la raíz primera.
Ay...´ la siega de la raza.
Ay...! la siega de la tierra.
Ay, de este dolor inmenso
que me llena de tristeza!
¿Cómo hablarte si me huyes
igual que la vez primera?
¿Cómo tenderte la mano
en el gesto que consuela?
¿Cómo estrecharte en mi pecho
si todo su dolor me niegan
como una llaga escondida
en la entraña de la fiera?

Ay... el indio de mi Patria...
Ay el indio de mi Tierra,
yo quisiera incorporarte
a este suelo, que es tu tierra
y darte de la cultura
que nos trajeron de afuera
todo lo que pueda serte
útil y bueno en la selva;
que tu conserves tu mundo,
que tu conserves tus tierras,
que tus mujeres no sean
el botín de las torpezas,
ni las fuentes en que sacian
sus lujurias lo que llegan
con aguardiente y con sal,
con sífiles en las venas,
con tu miseria en las almas
y que al regreso, te niegan.
Ay... el indio de mi Patria.
Ay..., el indio de mi Tierra,
Ay de este dolor inmenso
que me llena de tristeza.
Ay de esta angustia que siento
corriéndome por la sangre
igual que los grandes ríos
que van cruzando tus selvas.


Mariela Bello
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Cuadro: Tito Salas. El padre de las Casas; protector de los indios. Colección Casa Natal del Libertador.




NO QUIERO SABER NADA!



(Hondo el latido de los indios queda
sobre la tierra que olvidarlos veda!

Ay! de mi Historia Patria
No quiero saber nada de su llaga...!
No quiero hurgar tortura de aborigen...!
Yo no quiero mirar las mordeduras
que royeron su raza

NO QUIERO SABER NADA

de los perros furiosos...
de los tremendos látigos...
del grito comprimido...
del llanto desolado...
del espasmo rebelde...
del aguijón clavado...!

No quiero saber nada
de su altivez vencida;
de su libre esperanza mutilada,
de su libre vivir entorpecido...!

No quiero saber nada de su signo
ni de su rota sangre!
ni de su vida errante, sometida,
ni de su pobre choza limitada!

Como serian de indómitos los pálpitos
del corazón bravío
de guaicapuro y de yaracuyes
De los indios sin himno y sin bandera
a la hora de la lucha!

Contorsión de dialectos que morían
bajo española tunda:
Ahogados en la carne con la sangre
y en el aire, insensible
al estampido del feraz trabuco!
Oh indiada que vivía
con la desigualdad sobre la vida
y en cada flecha el tiento de la angustia!

Su dicha quedó inánime...!
DOLOR que está doliéndome...!
A aquel horror quisiera dar la espalda:
Sin paz ni pan ni hogar...
con amarguras!...

Sin un milagro de sus dioses indios
sin la misericordia de lo arcano...
DOLOR que está doliéndome!...
DOLOR que está encallado...!

Y mi alma bebe toda esa tortura
en el sonar de la maraca...
en el clangor de la guarura...
En los incendios de la Patria:
(Invocación de Guaicaipuro!)

En los árboles corpulentos:
Oh, cadáver de Cayaurima
oscilando para escarmiento!...)

En el eco de los ladridos:
(Tamanaco es suprema angustia!...)

En los barrancos tenebrosos...
(Acuareyapa en lucha injusta!...)

En el asombro de los montes,
en el ”que horror” y en el “más nunca!...”

En el tambor que contra el cielo
abreva su honda desventura...!


Conchita Osio Sarmiento.