NOCTURNO DE LA AUSENTE
Veo ahora tu rostro entre la lluvia
que cae sobre mis hombros
en aquella ciudad donde el helado viento
y el amor paseaban
por las calles oscuras.
que cae sobre mis hombros
en aquella ciudad donde el helado viento
y el amor paseaban
por las calles oscuras.
Tu nombre suena junto a mi oído
al conjuro de tu sonrisa
turbadora como ciertas palabras
tuyas dichas de pronto.
al conjuro de tu sonrisa
turbadora como ciertas palabras
tuyas dichas de pronto.
El tiempo ha acumulado hojas
muertas
sobre mi habitación junto a mis libros
y sin embargo cuanta sed todavía
cuanto deseo de contemplar tu imagen
otra vez.
sobre mi habitación junto a mis libros
y sin embargo cuanta sed todavía
cuanto deseo de contemplar tu imagen
otra vez.
Aún veo caer la lluvia sobre la
hierba
dorada de tus ojos
dorada de tus ojos
Dónde tu corazón tu cabello
nocturno?
Dónde tu voz tu rostro de nostalgia
y asombro?
Dionisio Aymará.
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COMO TODOS
Un conjunto de máscaras
Rostros falsos
al levantarse en el almuerzo al acostarse
de lunes a domingo
en la ciudad o en la playa
igual que los otros. Como todos.
Un día se miró de repente al espejo
sin las máscaras
Rostros falsos
al levantarse en el almuerzo al acostarse
de lunes a domingo
en la ciudad o en la playa
igual que los otros. Como todos.
Un día se miró de repente al espejo
sin las máscaras
y
quedó detrás de un negro hueco
de
piel y huesos.
Enrique Meier.
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GUITARRA
Por esa música que oigo a veces
quiero abandonar el lecho
y dejar a la amante insatisfecha
mascullando maldiciones en voz baja.
quiero abandonar el lecho
y dejar a la amante insatisfecha
mascullando maldiciones en voz baja.
Por esa música lejana,
cuerda oxidada,
brisa empinada entre barrotes,
pienso que debo levantar el brazo,
calzarme gruesas botas,
marchar a pie firme en pos de algo.
cuerda oxidada,
brisa empinada entre barrotes,
pienso que debo levantar el brazo,
calzarme gruesas botas,
marchar a pie firme en pos de algo.
Por esa música herida
que escapa por boquetes de sombra
que burla a los guardianes nocturnos,
y salta en los tejados
desde los muros de los calabozos,
daría la paz y el miedo
que me lanzaron entre estos brazos,
escupiría uno a uno los besos,
golpearía con el talón
sobre el piso del apartamento
abriría la ventana de par en par,
que escapa por boquetes de sombra
que burla a los guardianes nocturnos,
y salta en los tejados
desde los muros de los calabozos,
daría la paz y el miedo
que me lanzaron entre estos brazos,
escupiría uno a uno los besos,
golpearía con el talón
sobre el piso del apartamento
abriría la ventana de par en par,
encendería la luz y cantaría en voz
alta,
a medianoche,
por esa música dulce
de prisionero guitarra.
a medianoche,
por esa música dulce
de prisionero guitarra.
Héctor Pedreañez Trejo.
Del: Tríptico Q-21 PARALELO.
Director:
Dr. Pablo LE RIVEREND. NEWARK, N.J. 07104.
Número
27.
10
poetas venezolanos, contemporáneos.
Selección
ORLANDO MATERÁN ALFONZO.
Junio
de 1985.
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