martes, 2 de octubre de 2018



























PRESENTACION

Para algunos poetas, la poesía aparece como deslumbramiento y para otros como refugio; pero en ambos casos hay que decir que su autenticidad es hija absoluta de la pasión. Porque solo la pasión es la que establece la verdad y el sentido de cada sensibilidad. Habría que objetar si toda pasión y toda sensibilidad aproximan entonces a la belleza, para saber si existe la equidistancia y el paroxismo de una visión. Y cuando esa visión es, como diría John Donne, "(Which was of foules, and beats, the cage, and park)" (1) Ahí está la certidumbre. Solo aquellos que han tenido el poder de captarlo todo en poesía, han sido los más cercanos al torrente de lo maravilloso; porque han estado conscientemente o no, en el ascenso del sueño. En la dirección permanente de lo inesperado donde la imaginación cobra altura y es un universo de luz alucinatorio y aéreo. Es la posibilidad de domesticar los monstruos que engendra el espíritu entre todos los espíritus. Es el abismo interminable de los seres agitados y resplandecientes que levantan sus alas ante el desborde mismo de la locura.

Alguna vez, me he preguntado sobre el carácter angelical o evocador que abría la poesía y la respuesta se ha ido dando diariamente pero a través de las imágenes de mis propios poemas como una forma de desbordamiento continuo. Esta base, la he ido palpando en otros poetas, en estos poetas, reunidos en POESIA 75, magnifica selección del poeta Orlando Materán Alfonzo. Y es difícil hallar constantes porque cada uno tiene una dimensión distinta, particular. Una búsqueda diferente y un aliento personal. Pero sí habría que convenir que son voces de este tiempo que reflejan la soledad de las cosas mínimas y de los rincones múltiples que a veces adquieren la forma de la desesperanza. Las razones la da esta obra antológica de poetas venezolanos encontrados en la entonación común de este siglo, donde el valor de lo lógico adquiere a veces más y más, la apariencia de lo terrible. Aun cuando lo terrible puede llegar a ser verdaderamente irresistible y hermoso. Poesía 75 ha de señalar un hito en la poesía última venezolana sin falsas estridencias y sin autoelogio. Cada poeta aquí reunido sabe su oficio y su mensaje habla por su propia originalidad, por ese éxtasis de lo auténtico. Tal vez, porque creo ardientemente que los sueños que son incapaces de multiplicar la sensación de mundo, no pueden ser los sueños de un poeta.

(1) "Jauila y jardín de todas las aves y las fieras"



Manuel Ruano


DIONISIO AYMARÁ


ACERCA DE LA LLUVIA


Porque he visto y oído llover desde hace milenios
llover como si todos los océanos
y todos los ríos mayores y menores
y todas las nubes espesas y los llantos
se hubieran desatado sobre la tierra
porque he visto llover y he palpado
con las manos ya cansadas de orar
este cuerpo fluido del invierno
este largo temblor calado hasta los huesos
porque he visto y oído llover desde la edad de los
faraones desde antes y después
sobre las superficies más inermes:
los rostros


las espaldas curvadas por el peso de muchas
noches caídas como hollín sobre flores
sobre las superficies más inermes:
los techos llenos de goteras
de ciertas casas donde la pobreza se va acumulando
en las habitaciones
en los muebles

alrededor de las personas
hasta ahogar todo asomo
de claridad todo fulgor
venido desde dentro
porque he recorrido su cuerpo
paso a paso como un secreto lugar de la infancia
porque conozco palmo a palmo
su epidermis lamida por todos los perros de la
aflicción y además porque he desnudado mi alma
en las pensiones más baratas.
al fondo de los rincones miserables
en los sombríos lechos de hospitales donde he
ensayado morir vanamente
en todo sitio capaz de albergar las más profundas
desesperaciones
por eso
por lo otro
por esto mismo
déjame atravesar el invierno
sin otro abrigo que una bufanda de cólera
ceñida a la garganta.

Mírate ahora
mira dónde has quedado después
de tanta lucha por hallar tu sitio único
tu exacta ubicación en la tierra
en el tiempo
donde sin esperanza te han dejado

Mírate
míra
lo que ha quedado de tí
qué ruina última
qué desesperación de ser
ahora de haber sido después

Mírate mírate
siempre será en vano
siempre serás en vano y tú lo sabes

Pero sigues ahí como si todo lo ignoraras
tahur de tí mismo

(un día jugarás tu alma sola
y por primera vez
ganarás tu alma sola
es decir tu desdicha
con nombre de purgatorio
tu alma sola)

Mírate y que la noche no te cubra los huesos
antes de haber llorado
tres veces
y que la madrugada no te hinche la piel
antes del último deseo parecido al amor
Aléjate si quieres verte como eres
porque esto: ceniza
y no otra cosa eres
a pesar de tantas imágenes y tantas palabras
gastadas como trajes como zapatos largo tiempo
habitados y porque esto:
carne desgarradora y espíritu desgarrado
eres
y no reflejo de una luz que jamás será tuya

Mejor tu nada verdadera
mejor tu tiniebla verídica
que todas
las palabras
y todas las imágenes y todos
los ecos de una luz que nunca poseíste
Preferible mil veces
tu cólera y tu corazón desnudo como es
y tu agonía sin ropajes inútiles
y tu pobreza llena de amor.



DIONISIO A YMARA nació en la ciudad de San Cristóbal, enclavada en Los Andes venezolanos Desde temprana edad publicó sus poemas en revistas nacionales y extranjeras. Ha colaborado en la Revista Nacional de Cultura, en la re-vista CAL, que dirigía Guillermo Meneses, en Lírica Hispana, de Caracas, en los diarios Vanguardia, El Centinela y Dia - rio Católico, de San Cristóbal; en la revista Arbol de Fuego, que dirige Jean Aristeguieta y en Galaxia 71, dirigida por Modesto Vargas, donde ha colaborado desde su fundación.

En el exterior ha escrito durante más de diez años la sección ' Los Hechos y la Cultura de Venezuela" de la Gaceta Cultural Nivel, que dirige el poeta Germán Pardo García, en ciudad de México, y ha publicado poemas en la revista "Encuentro", de Argentina, en "Cuadernos del Guayas" del Ecuador; en el diario "El Tiempo", de Bogotá, en la re-vista "El Impresor", de Medellín, Colombia; en la revista "A laluz", de los Estados Unidos; en "Espiral" y "Esparaver, de Bogotá y Cali, respectivamente; en "Azor", de Barcelona, España, en "Caracola", "Torre Tavira", también españolas, y en numerosas publicaciones nacionales y extranjeras.


Dionisió Aymará, quien se graduó de abogado en 1955 y reside en Caracas, ha publicado los siguientes libros: "Mundo Escuchado.", "Ediciones Casa de la Cultura", San Antonio del Táchira. "Clamor hacia la luz", Tipografía Guanarteme, Caracas, 1959. "El Corazón como las Nubes", Tipografía Guanarteme, Caracas, 1959. "Horario de Vigilia", lírica Hispana, Caracas, 1961 "Escúchanos Libertador", Ediciones de la Sociedad Bolivariana, Caracas, 1961. "Sonatas", Ediciones Zona Tórrida, Caracas, 1963 "Aconteceres del Alucinado", Alrededor de la Mesa 'Comunicación poética) Bilbao, España, 1969. "Viendo la Noche", Imprenta Universitaria, Caracas, 1965. "En última instancia", Impresos Silva, Caracas, 1966. "Escrituras Terrestres", Lírica Hispana, Caracas, 1967. "Todo lo Iracundo", Ediciones "Grupo Escritores de Venezuela", Caracas, 1975.

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