jueves, 14 de mayo de 2015

ANTOLOGIA


































Fernando Paz Castillo fue un escritor venezolano que cultivó fundamentalmente la crítica literaria y la poesía. Nació en Caracas el 11 de abril de 1893 y falleció 88 años después en esta misma ciudad, el 30 de julio.
Su pasión por la literatura comenzó cuando Fernando era todavía pequeño. Le gustaba quedarse horas junto a la enorme biblioteca de la casa de sus padres, devorando libros de todos los géneros; más tarde empezó a escribir, y ya no pudo separarse jamás de las letras.

Como intelectual, ha ofrecido grandes aportes a las artes de su tierra; cabe mencionar entre otras cosas que fue uno de los fundadores de la revista "Cultura", en la cual además publicó algunos de sus poemas y comenzó a hacerse conocido. 

Posteriormente también colaboró con la fundación del Círculo de Bellas Artes.

Perteneció a la Generación de 1918, la cual es considerada como el tronco fundamental en el que se eleva la literatura contemporánea de Venezuela, y el propio Rómulo Gallegos, dedicó especialmente para Fernando su novela "La Trepadora", mencionando que fue Castillo quien le sugirió la trama.

Algunas de sus obras más populares son "La voz de los cuatro vientos", "Entre pintores y escritores" y "La mujer que no vimos". En esta web podrás encontrar dos de sus poemas: "Perdido" y "Poesía".



Perdido

He caminado tanto
que ya no puedo distinguir mis huellas.
He perdido el camino tantas veces
y tantas veces he emprendido nuevas sendas
que desconozco el punto en que me hallo.

Me guía la subconsciencia:
una cosa aprendida y olvidada,
una primera fuerza.

Solo en la encrucijada soy un centro.
Giran los soles, pasan las estrellas
y yo persisto porque soy idea.

Me paro a distinguir y no distingo.
Hay roquedas, abismos y malezas,
y caminos que huyen, se confunden,
se disparatan en la tarde inmensa;
pero, aunque he olvidado mi camino,
me guía la subconsciencia...

Hoy siento en mí una fuerza
que busca desplazarse,
que se quiere quebrar, pero está firme;
que se quiere escapar, pero está entera...

... Y he caminado tanto
que ya no puedo conocer mis huellas.

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Poesia

La calma,
lejana, íntima
que tiene el ímpetu audaz
del monte altivo.
El resplandor dormido,
más rojo que el rojo
y menos rojo
que el rojo,
sobre la inquieta llama
o en la llama agonizante.
El punto
Indefinido
De donde regresa la mirada
insegura,
de conquistar la nada
de su origen.
La palabra buena,
la palabra mansa
que al fin de muchas luchas,
y triunfos y derrotas,
encuentra,
que sólo sabe comprender, callada.


Fuentes: http://www.poemas-del-alma.com/fernando-paz-castillo.htm

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