A veces, no me reconozco
la identidad busco
donde creí, y las
páginas se aturden
ante la meditación.
Busco la casa y no hay sueños
Busco la tribu y todos se
han ido, vago como un pájaro
alardeando el nido
donde yo soy.
Las noches esconden las
espadas, y atravieso los
umbrales, hurgando el nombre
intachable, veraz y noble.
Viajo y viajo ... itinerarios
vacíos que mencionan la soledad
como alternativa.
La risa de los niños, sacude
el vendaval y, luego me
arrepiento de regresar.
La identidad, la casa, la risa,
las noches atrapan
y el sortilegio de voces, sigue
deletreando la verdad al prójimo...
Baúles de nada, donde sólo emerge
el patrimonio del amor
donde fui.
Gladys Revilla
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