Cuadro: José Martí, Apostol Peregrino. Autor Rubén Cantillo
YO SENTI A MARTI
Yo sentí a Martí…
en una tarde
donde el amor corría
en paredes recién pintadas.
en una tarde
donde el amor corría
en paredes recién pintadas.
Cabalgó sobre su historia,
dos lágrimas dibujaron su rostro.
dos lágrimas dibujaron su rostro.
Su frente marcó los destinos de América.
Sabio, triste
como una noche oscura
sin gemidos.
como una noche oscura
sin gemidos.
Yo vi a Martí
en el llanto de un pueblo…
en el llanto de un pueblo…
Cubría sus heridas
con la esperanza del amanecer.
con la esperanza del amanecer.
En la niña que bendijo su nombre.
En el Hombre solitario
que frota su espalda
con el muro que arropa su frío.
que frota su espalda
con el muro que arropa su frío.
Yo sentí a Martí
en los sueños de un joven
que alza su espada.
en los sueños de un joven
que alza su espada.
En el beso lejano del hijo que nos trae la brisa.
En la niña que abrazó su alma.
En el profeta que entierra su temor
en el camino sin regreso.
en el camino sin regreso.
En el lecho del enfermo.
En el anciano que espera una gota de rocío…
En la mañana sin sol
y en una tarde sin despedidas.
y en una tarde sin despedidas.
Luz y testimonios de la voz firme
y la palabra encendida.
y la palabra encendida.
Angustia y dolor del que pierde su casa.
Yo sentí a Martí
en el perfume de una flor
en el jardín que regó con su vida
la esperanza.
en el perfume de una flor
en el jardín que regó con su vida
la esperanza.
Judith Villamediana
De: Libro Mar de Nubes.
Editado: Estudio de Artes Las Barrancas.
Venezuela, 2013.
pp. 51 -52.
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