En su festividad.
Las rosas que hoy florecen en los
vergeles
y los tules que visten los cielos
anuncian que vienen los ángeles
a rendirte pleitesía ¡Virgen de los Carmelos!
Ante tu presencia se arrodillan los
fieles
eres fuente de Paz para todos los pueblos,
bálsamo que mitiga penas y dolores,
paño de lágrimas en nuestros desvelos.
Todo nos habla y dice de tu regia
hermosura;
el lirio, el jazmín, las rosas y azucenas,
porque eres las flores, dueña y
señora,
la que apacigua la inquietud de las almas.
El corazón te guarda y venera con
ternura
ósculos de amor depositamos a tus plantas
no abandones a tu pueblo, ¡Oh, Virgen pura!
guía a quien te
implora, bendice nuestras casas.
Orlando Materán Alfonzo
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