MI POZO
Restará de quien soy tan sólo un pozo,
no muy profundo, pero sin sombrío;
porque quise ser árbol o ser río
y no pude salvarme del destrozo.
no muy profundo, pero sin sombrío;
porque quise ser árbol o ser río
y no pude salvarme del destrozo.
Todo lo que perdí me brindó gozo;
todo lo que gane me daba frío;
fui durante la vida un gran vacío,
una grande oquedad puro sollozo.
todo lo que gane me daba frío;
fui durante la vida un gran vacío,
una grande oquedad puro sollozo.
En mis aguas moraban las estrellas
cuando el sol se marchaba, sólo ellas
conocían mi incendio de ansiedades,
cuando el sol se marchaba, sólo ellas
conocían mi incendio de ansiedades,
la mirada interior que poseía,
la saya de dolor con que investía
mi pozo desbordado en soledades.
la saya de dolor con que investía
mi pozo desbordado en soledades.
Alfonso Larrahona
Chile.
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DESPUES
Lo decía aquel verso del poeta Li Po:
"Envejecernos juntos"... Nunca mejor canción.
Vimos nacer la hoja, sonar al surtidor.
La luna sobre el rio era el verano en flor.
Se azuló la montaña, volaba el ruiseñor.
"Envejecernos juntos"... Nunca mejor canción.
Vimos nacer la hoja, sonar al surtidor.
La luna sobre el rio era el verano en flor.
Se azuló la montaña, volaba el ruiseñor.
Lo decía aquel verso del poeta Li Po:
'Envejecernos juntos"... No para el corazón,
pero se fue dorando el otoño de Dios
y el peso de la noche cambiaba de estación.
Los pájaros volaron. La estrella regresó.
'Envejecernos juntos"... No para el corazón,
pero se fue dorando el otoño de Dios
y el peso de la noche cambiaba de estación.
Los pájaros volaron. La estrella regresó.
Lo decía aquel verso del poeta Li Po:
"Envejecernos juntos... Hoy la nieve cayó,
Sierra del Guadarrama, y estábamos tú y yo
como en la primavera que un día dijo adiós,
y como en el otoño dorado de emoción.
La nieve iba cayendo, pero ya sin dolor
pues todo regresaba hacia el mundo interior.
Yo te tomé la mano y aún nevaba en la flor,
pero tu mano ardua de secreto temblor.
Te mire. Me miraste. Sonreímos los dos.
Cala una plumilla de una vaga ilusión.
Sólo había cambiado de estación el amor.
Alberto Baeza flores
Chile
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LA CIUDAD DESIERTA.
Los domingos la ciudad despierta,
se levanta. prepara sus maletas
y se va de viaje a los cerros.
se levanta. prepara sus maletas
y se va de viaje a los cerros.
Cansado y triste, divago en sus plazas
o sobre sus techos,
mientras algunas muchachas melancólicas
tiran piedras al silencio.
o sobre sus techos,
mientras algunas muchachas melancólicas
tiran piedras al silencio.
Soy un guardafaro, un náufrago al margen del tiempo
y la ciudad desierta es mi aposento.
y la ciudad desierta es mi aposento.
ESTE SILENCIO AZUL.
Este silencio azul es el que espero,
fresco como la tarde, mudo como un secrete.
fresco como la tarde, mudo como un secrete.
Este silencio azul que circunda el firmamento,
lo he buscado en las ondas sutiles del viento
y en las hojas tristes del otoño y del invierno.
lo he buscado en las ondas sutiles del viento
y en las hojas tristes del otoño y del invierno.
Este silencio azul es el comienzo
de una extraña fuga y del vuelo.
de una extraña fuga y del vuelo.
Federico Tatter
Chile
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