jueves, 19 de septiembre de 2019

A CUBA











































A CUBA

Lola Rodríguez Tió (1843-1924. Puerto Rico)


Cuba, Cuba, a tu ribera
llego triste y desolada,
pues dejé la patria amada,
donde vi la luz primera!

Sacude el ala ligera
la radiante inspiración,
responde mi corazón
en nobles afectos rico,
la hija de Puerto-Rico
lanza al viento su canción!

Mas las nieblas del olvido
no han de empañar los reflejos
del hogar que miro lejos
tras de los mares perdido.

Si ausente lloro mi nido
otro aquí vengo a formar,
y ya no podré olvidar
que el alma llena de anhelo
encuentra bajo este cielo
aire y luz para cantar!

¿Cómo no darme calor
la hermosa tierra de Tula,
donde el horizonte azula
y da a los campos color?

¿Cómo no encontrar amor
para colmar el poeta
las ansias de su alma inquieta,
aquí, donde esplende el arte
y en abundancia reparte
las tintas de su paleta?
 
Noble pléyade cubana
que entre sombras centellea!
Dulce musa de Zenea,
flor que se agostó temprana!

Tras de la estela lejana
mi corazón adivina
la figura de Cortina
que con acento vibrante
dice a la patria, ¡adelante,
no te detengas, camina!

Yo no me siento extranjera;
bajo este cielo cubano
cada ser es un hermano
que en mi corazón impera.

Si el cariño por doquiera
voy encontrando a mi paso
¿puedo imaginar acaso
que el sol no me dé en ofrenda
un rayo de luz que encienda
los celajes de mi ocaso?

Vuestros dioses tutelares
han de ser también los míos!
Vuestras palmas, vuestros ríos;
repetirán mis cantares.

Culto rindo a estos hogares
donde ni estorba ni aterra

el duro brazo que cierra
del hombre los horizontes.
¡Yo cantaré en estos montes
como cantaba en mi tierra!

Cuba y Puerto-Rico son
de un pájaro las dos alas,
reciben flores y balas
sobre el mismo corazón.

¿Qué mucho si en la ilusión,
que mil tintes arrebola
sueña la musa de Lola
con ferviente fantasía
de esta tierra y de la mía
hacer una patria sola?

Le basta al ave una rama
para foimar blando lecho,
bajo su rústico techo
es dichosa porque ama!

Todo el que en amor se inflama
calma en breve su hondo anhelo;
y yo plegando mi vuelo,
como el ave en la enramada,
canto feliz, Cuba amada,
tu mar, tu campo y tu cielo!














De Arpas cubanas. La Habana, 1904. (Edición facsimilar, FAH, México, 2007).

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