EL ALMA DE LA PIEDRA
Espiritual silencio arcano
del alma triste de la piedra,
un pueblo mudo se interroga
en la oquedad de sus canteras.
Torva juventud de la noche,
cerrados odres de agua yerta;
aras donde oficia la muerte
rituales de sangre y arena.
Los sordos menhires erectos
y el titilar de las estrellas,
describen lúbricas parábolas
por sus recámaras y grietas.
Petrificadas armonías,
ojos de cobre y de cisterna,
toda la historia nunca dicha
en sus estratos se revela.
Ruedan por caminos sellados
amargas pasiones secretas:
por sus laberintos oscuros
divagan ángeles en pena.
El alma de la piedra guarda
en el metal de sus moléculas:
la soledad de las centurias,
todo el martirio del planeta.
Hector Ocampo Marín.
Colombia.
Tomado del LIbro Cuadernos de poesia nueva. Madrid. España. 1984. pp. 20 - 21.
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