En el corazón de quien la ama,
un tatuaje en el tiempo,
una ciudad con alma,
la bella sultana de la montaña.
Caracas está muy triste
y eso que acaba de celebrar su cumpleaños
también esta muy triste montaña
que adorna la ciudad
lo han despojado de su vegetación
ya no puede brindar su abanico de colores cósmicos
a La Sultana,
de esa eterna primavera,
de sol, neblina, brisa.
Han cambiado su ciclo climático.
Han sacrificado a centenarios árboles
para edificar viviendas
eso sí, muy altas
para que la gente no vea la majestad del cerro de sus ancestros.
Caracas se pregunta: ¿hasta cuando seré víctima de la locura de los urbanistas?.
Han ahuyentado a mis originarios moradores
que ahora yacen en San Antonio, El Hatillo, Baruta
y de allí hasta el infinito.
Las solariegas casas han caído
el hombre solo quiere vivir él
y nada más,
que Caracas muera,
no importa.
Los cerros aledaños se han llenado de un tricolor de casas
han traído gentes de todas partes
para que habiten a Caracas
y cuando hay un feriado,
estos se marchan a sus pueblos
porque no quieren a Caracas.
La ciudad sufre de hambre, sed, luz, etc...
Cuántas luces adornaban sus calles en tiempos de Marcos Pérez Jimenez.
Nació en el Táchira pero quiso mucho a la ciudad.
y cuantas bellezas en las vitrinas de los comercios.
Ahora sus calles están sucias, no hay servicios médicos, no hay transporte y entre otras cosas.
Todo está colapsado, por la mala administración de los gobiernos.
Caracas está colmada de males
En sus noches solo hay muertos
y un permanente toque de queda.
Adiós a las retretas en La Plaza Bolívar
Adiós a la vida nocturna, parque la atracción y clubes
Bienvenidos muchedumbres de otros lugares.
como si no hubiera tanta tierra desolada en la provincia.
Caracas es hoy la ciudad más triste del mundo.
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