miércoles, 25 de julio de 2012

CANTO A CARACAS


Caracas,
tu nombre aborigen
noble y digno.
Caracas,
iluminada hechura,
esparcida en el valle
de la Cruz de Santiago,
en las huellas altivas
de Fajardo.

Caracas
forjadora de genios
y destino,
mundos complementarios
de la patria
Caracas,
tricolor en el cielo
templo sobre la tierra,
libre en el vuelo libre
de las aves,
silueta consolidada
en el dorado borde
del viento y la montaña.

Caracas,
historia viviente
de los siglos pasados,
paciente espera
del mañana,
desheredado valle
que vibra en el sentir
y la esperanza.

Caracas,
majestuosa, autóctona,
informal, arrogante,
modelo de grandeza
en esencia y escena.

Caracas tiene ríos,
Caracas tiene soles,
Caracas tiene lunas
Caracas tiene virgen,
La Virgen de Caracas.

Caracas,
los poetas,
enlazamos las manos
y elevamos a ti
la canción jubilosa
del amor.


Yolanda del Nogal

 ---------------------------------------


 
La primera misa celebrada en Caracas



La primera misa de que se tenga noticia en Caracas fue oficiada en el lugar que hoy ocupa la Iglesia de la Santa Capilla, en la esquina del mismo nombre. Por ese hecho trascendente en nuestra tradición católica, el ilustre Papa Pío XI le concedió el título de Basílica Menor, según se desprende del Breve dictado el 5 de agosto de 1926 por Su Santidad, suscrito por el Secretario de Estado de entonces, Cardenal P. Gasparri.

El Rector de la Santa Capilla, Monseñor M.A. Pacheco, con motivo de los preparativos que se realizan para la celebración del Cuatricentenario de la Ciudad de Caracas, colocó en dicho lugar una lápida conmemorativa de aquel hecho religioso, como un homenaje a la memoria de los sacerdotes Blas de la Puente y Fray Baltasar García, quienes vinieron junto con el fundador don Diego de Losada.

Del Libro: Crónica de Caracas. Pág. 236. Nº 60 – 61. Abril – Septiembre de 1964. Caracas – Venezuela.

martes, 17 de julio de 2012

LOS POETAS ESCRIBEN




Para Orlando

Compramos cajas
y las llenamos de cosas
como insectos
revoloteamos en ellas
hambrientos de materia
llenando en la substancia
el quehacer de cada día sin pan.
De aquí y de allá nos colgamos
apretamos una tela al cuerpo
y la movemos
de estación en estación
arrepentidos
mientras decimos “si”
a todo
hasta
que la fotografía oscurezca
desapareciendo la cara
que al nacer
se pegó al cuello
con su propio pájaro
para volar.

Maya Islas
(Cuba)


___________________________________

Y mientras tanto es una isla en el mar lejos muy lejos
como a las tres de la mañana
leo la poesía de Orlando Materán Alfonso.
Ese Sol que me asesina y pienso…
extraordinaria
sentimental
arte
es el oficio de ser poeta.
Y me pregunto, ¿Qué misterio inexplicable hay en el poeta
encuentro en su poesía esa voz que
trata de expresar lo inefable
y en ella la presencia de Dios en el hombre,
la palabra
que se trasmuta en eternidad.


José O. Colón Ruiz
Puerto Rico
1 de septiembre de 1983


______________________________










SONETOS
PARA MATERAN ALFONZO,
EN AMISTAD ARGENTINA –
VENEZOLANA

1
Vaya argentino abrazo a Venezuela,
encarnada en un bardo; mi ventura
radica en ser de América, la pura,
la dechada, la luz, la voz que vuela;

venezolano el ser, donde se cuela
la mañana celeste, y se aventura
esa configurada criatura
que el vate con su lírica cincela;

es en esa emoción venezolana
que mi argentina cuerda deshilvana
cuanto pueda negarme la fraterna.

canción de la esperanza; para luego
hilvanar la bandera de mi ruego
que habrá de ondear con su palabra eterna.

Carlos Marcelo Constanzo. Buenos Aires. Agosto de 1981. Argentina.





2
Creo en la paz de América. La mía,
la tuya, Materán, la del olivo
y el pámpano y la fe. Sistema vivo
para una herencia clara de armonía.

Creo en el Continente, y en el día
fraternal, con un ser al que concibo.
lleno de luz, ni torpe, ni lascivo:
el hijo de una América bravía.

Creo en el horizonte que nos vela
como padre feliz. En Venezuela,
bolivariana, crística, sembrante.

Y en ti, mi par, de generosa rama,
el idealista que entre sueños ama
el destino de unión que va adelante.

Carlos Marcelo Constanzo. Buenos Aires. Agosto de 1981. Argentina.

martes, 3 de julio de 2012

SONETOS DE CARLOS MARCELO CONSTANZO (ARGENTINA)

Querido par y amigo, Materán Alfonzo:

Escuálida la tarde, Otoñalera
presión sobre la atmósfera indecisa.
Ya empieza el hombre con su andar de prisa
y al árbol se le fue la primavera;

No hay esa sensación festivalera
ni el saludo extensión de la sonrisa;
travesca la abulia en la cornisa
más acá de un crepúsculo de cera.

Miro, vuelvo a mirar. Grito al espejo
de la trivial jornada, que estoy viejo
y este otoño se ensaña con mis cuitas;

me responde un silencio amarillado
en la última hoja, aquí, al costado,
con su voz de parábolas marchitas.

________________________________


El frío cala huesos, más no llega
al alma del cantor que todo liga
con la esencia sagrada de la espiga
y el fuego tan celeste que lo anega.

Esa llama lo nutre, y lo despega
del gélido sopor. La voz amiga
es luz que no adolece ni castiga,
una luz que el calor jamás nos niega.

El poeta se salva del invierno.
Pone cruz a la entrada del infierno.
Alza el idioma hasta encontrar la gloria.

El frío se detiene… Estoy salvando:
ha huido por los fondos el pecado.
Ya vuelvo a abrir las puertas de la Historia.

_______________________________________


Porque tú eres el orto, El principado
de una edad conveniente y valedera.
Tú señalas, aún, la primavera,
yo transito, colega, hacia un costado.

Ya se ocasa este sol privilegiado,
el invierno es muy cruel, triste la espera.
Tú estas en esa ruta, en esa esfera
que suaviza la flor y besa el hado.

Más como amigos brindaremos, ¿sabes?
con un licor de vítores de aves
y un vino de templanzas y aleluyas.
Y el orto y el ocaso, de consumo,
premiarán la pasión de cada uno,
y las cosas serán mías y tuyas.