Caracas,
tu nombre aborigen
noble y digno.
Caracas,
iluminada hechura,
esparcida en el valle
de la Cruz
de Santiago,
en las huellas altivas
de Fajardo.
Caracas
forjadora de genios
y destino,
mundos complementarios
de la patria
Caracas,
tricolor en el cielo
templo sobre la tierra,
libre en el vuelo libre
de las aves,
silueta consolidada
en el dorado borde
del viento y la montaña.
Caracas,
historia viviente
de los siglos pasados,
paciente espera
del mañana,
desheredado valle
que vibra en el sentir
y la esperanza.
Caracas,
majestuosa, autóctona,
informal, arrogante,
modelo de grandeza
en esencia y escena.
Caracas tiene ríos,
Caracas tiene soles,
Caracas tiene lunas
Caracas tiene virgen,
La Virgen
de Caracas.
Caracas,
los poetas,
enlazamos las manos
y elevamos a ti
la canción jubilosa
del amor.
Yolanda del Nogal
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La primera misa
celebrada en Caracas
La primera misa de que se tenga
noticia en Caracas fue oficiada en el lugar que hoy ocupa la Iglesia de la Santa Capilla, en la esquina
del mismo nombre. Por ese hecho trascendente en nuestra tradición católica, el
ilustre Papa Pío XI le concedió el título de Basílica Menor, según se desprende
del Breve dictado el 5 de agosto de 1926 por Su Santidad, suscrito por el
Secretario de Estado de entonces, Cardenal P. Gasparri.
El Rector de la Santa Capilla, Monseñor M.A.
Pacheco, con motivo de los preparativos que se realizan para la celebración del
Cuatricentenario de la Ciudad
de Caracas, colocó en dicho lugar una lápida conmemorativa de aquel hecho
religioso, como un homenaje a la memoria de los sacerdotes Blas de la Puente y Fray Baltasar
García, quienes vinieron junto con el fundador don Diego de Losada.
Del Libro: Crónica de Caracas. Pág. 236. Nº 60 – 61. Abril – Septiembre
de 1964. Caracas – Venezuela.