CARTA A CESAR VALLEJO
Me hundo en tus abismos
Llanto horizontal de espera
Ante colmenas de ausencias
Tu rostro surge
Esculpido en voces de infinito y de andes
Tu nombre
Voz
Multitud
Y muchedumbre
Invitar conversar
Me acerco a tus siempres,
Tus jamases
Y tus nuncas
Perfil acantilado de montañas
Fatiga encerrada en mil tristezas
Inca inmóvil
Reclamante
Esculpido en espacios y abismos
Las piedras te reclaman
Anuncian tu llegada
Tu dolor también de piedra
Habla de sufridas presencias y palabras
En tu rostro y tus voces
Multitud de Atahualpas nos reclaman
evocan tu tierra taciturna
Esa de mundos
Eternidades y sollozos
Tus “golpes en la vida”
Tu “Trilce”
Tu “Rueda del Hambriento”
Tus Españas
Tu anunciada muerte escrita
en piel de lluvia
Todo anuncia tu presencia
Esclavo de surcos, dolores y poemas
Columna de palabras y de tristes
Hoy resurges
frente a este pequeño espacio
te confundes con mis horas
Y por eso
Tu perfil de acantilado
Agrede mis recónditas vocales
Descubro luz en el paisaje
Y rescato esta carta
Cesar Vallejo
Poeta del perfil incaico
Moneda antigua
Tallada como nuestra raza
En metales de llantos y de lodos
Me acerco hasta tus tristes
Tu eternidad de lunas hacia adentro
y en mi absurdo acontecer
Espero
El canto de la lluvia que te nombra
Desde el azul donde nos miras
Regresan las palabras
Asumimos tu inmemorial tristeza.
Y en este sitio nuestro de días tambaleantes
En las solemnes voces de la noche
Los árboles enlazan tu silencio
El relámpago yace dormido
En las rocas que señalas
Habito la más alta comarca
D e los sueños
Allí permaneces
Rescatas lejanías
Miras hacia tus Andes
Piensas
Sonríes
Nos dices
Que estará haciendo esta hora
Mi andina y dulce Rita
De junco y capulí
RUTA A CESAR VALLEJO
En frente este amanecer de árboles
Me acerco al manantial de tu recuerdo
A tu bosque de nuncas y jamases
Habita el eco de tu palabra luminosa
tu triste diciembre de tu enero interrogante
Tu dolor agresivo seco duro
Tu incauca mirada de cercanas lejanías
Busco tus pasos y en espera soledad los de tus tardes
Busco la permanencia con tu silencio solo
Tu lejanía sola
Tu sola orfandad de meridiano
En el siempre se pierden tus visjones
Al tiempo no sabe de tu huella
Te sigo
Siempre te sigo
Hoy lanzas tus voces hacia el mar
Hacia las playas
Hacia el Ande
Hacia aquel Perú distante
De fatigados presentes
GRACIELA TORRES
Estos poemas inéditos de la poetisa Graciela Torres,
vienen a engalanar nuestra sesión por tratarse: "De
una poesía en desvelo de redenciones liricas, rigurosa
en la palabra, sobria y estricta, como bien afirma la escritora
Pálmere Yarsa, en referencia a la actividad de la creadora,
asegurando: "Desecha verbalismo frondoso de otroras
escuelas, la riquesa formal para incorporarnos a un mundo de
protestas en donde el índice radical del pensamiento es la
acusación de desamor y la indagación de la esperanza".
Plena de Humanidad y de empatía, esta mujer tiende con su
verbo un hilo de recia ternura el tránsido corazón de las criaturas
Por su parte Mélinton Salazar, señala: Graciela Torres es fiel a lo
que escribe, leal y solidaria con sus amigos, escritores y poetas.
Nació en Higuerote, cerca del mar Caribe, distante de Cabo Codera.
Gran parte de su pubertad y juventud la vivió en los Estados Unidos
de Norteamérica y por eso su lenguaje externo, está concebido allá
y pensando en el sur del Continente, en Caracas, su "ciudad absurda"
de múltiples contrastes. Pero ella, parada sobre sus hombros, ha
sabido soportar diversas "quemaduras" en la vida y he ahí su obra;
se mantiene firme a sus principios y no tiene más salida que la de sus
principios y no tiene más salida que la de su propio corazón, con el que
escribe y ama: desde un niño, como pediatra, hasta un anciano moribundo
que quiere vivir, sin olvidarse de sus familiares cercanos.
Sería largo enumerar lo que ha hecho Graciela Torres en su vida como
escritora y como médico, citar los galardones que ha recibido, las
organizaciones sociales a las cuales pertenece, los viajes que ha
realizado y, sobre todo, lo que vive y quiere.
Ama a su Venezuela: pero siente escapársele de las manos. Quemarada
es la fijación de ese amor; es el palpitar de su ser creador y el libro
de poemas que la coloca entre las más importantes escritoras de su
país. No ha sido fácil transcribir esto al público pero escrito está
y no hay retroceso posible cuando se quieren hacer las cosas. Además
diré, que cuando las obras cuesta realizarlas, es porque perdurarán.